domingo, 10 de mayo de 2020

MIS ÁNGELES DEL CIELO Y DE LA TIERRA

Recuerdo despertar y encontrar de por sí un ambiente desolador, el silencio me abruma con su incesante bullicio, camino desde mi cuarto al exterior y siento como si atravesara un continente entero, y te encuentro allí, en la sala, en aquel asiento de mimbre que hasta ahora conservamos, me acerco, logras advertir mi presencia y al acto me coges con todas tus fuerzas, un abrazo capaz de penetrar el alma y de fracturar todos los sentidos, algo en mí presagia un hecho aterrador, no pude más, en esos momentos pasan muchas cosas por tu cabeza, la imaginación a veces puede ser tan perversa, y pregunté ¿qué pasa? sin encontrar respuesta, las lágrimas comenzaron a correr entre tus mejillas y en sollozos me dices ¡Tu hermana! ¡Nos ha dejado tu hermana! Y esto de inmediato provocó un alboroto en mi cabeza, sentí cómo mi realidad se iba deformando, cómo se adormecían mis músculos y se hacían cada vez más pesados, el aire me comienza a faltar y mi estómago no lo puede tolerar más; te fuiste, y contigo te llevaste a gran parte de nuestra madre, nuestra querida mamá.

Desde pequeño te recuerdo, mamá, y allí estás como un roble, nunca te habías dejado abatir, todo siempre tenía una solución y cada obstáculo era un reto para ti, al mismo tiempo eras capaz de dar ese afecto sincero pero a tu manera, un afecto más efusivo en público y un cuanto menos en interno, sin embargo aquel acontecimiento, sin dudarlo nos marcó por completo, a ti más, éramos testigos de cómo te dabas por vencida y tirabas por la borda todo lo calado hasta el momento, ya nada tenía sentido, la amabas más que a nada en el mundo, te enorgullecías cada que la conversa entre vecinas tocaba tema parecido a ¿cómo son tus hijos? incluso a veces tu misma lo provocabas para llenarla de elogios y cumplidos; pero no te culpo, muy contrario a todos nosotros, ella desbordaba amor, si algo le molestaba lo confrontaba y los planes de su cabeza, tantos planes para superar la cruda realidad económica que ya es una constante en un país sub desarrollado, y lo era aún más en nuestra familia, nos llenaban de ilusiones y nos hacía sentir una familia aún más unida, era una persona que nace 1 en 10 mil o en un millón o quizá una sin precedentes.

Cómo un chico asimila, mamá, a los 11 años, tener que atravesar circunstancia parecida, en donde verte evitar esta realidad y de cuanto en cuanto reclamarle a Dios, tu Dios, nuestro Dios, cuál había sido tu equivocación, qué habías hecho para provocar su furia y generar tremendo estrago en esta línea temporal que nos tocaba recorrer; no fue nada fácil, de seguro, para nadie.

Pasados ya los años, muchos, hemos sido testigos cómo, de a pocos, nos empezaste a mirar con los mismos ojos de antes, con el mismo afecto, el mismo amor, lograste ir superando aquel bloqueo y fuiste encontrando en cada uno de nosotros aquel amor de madre que alguna vez quiso flagelar, nos proteges de sobre manera y entiendes las imperfecciones de cada uno de nosotros, quienes no llegaremos ni a asomarnos un milímetro siquiera a nuestra amada hermana, claro está.

Ahora en nuestra cotidianidad mamá tengo un temor muy grande que advierto cada vez que diviso el paso de los años marcados en tu piel, tu voz; esto doblega mis sensibilidades cada que soy testigo de ver a una persona mayor siendo partícipe de una serie de padecimientos, no me imagino un segundo verte pasar por aquello, pero puedo entender, un poco siquiera, por lo duro que has atravesado, cuan valiosa eres y lo poco que puedo dar en recompensa a tanto.

Como verás, mamá, me es imposible ser objetivo en un texto que está netamente dedicado a ti.

¡TE AMO TANTO!


Post dedicado a Elena Amasifuen Laulate y Clara Isabel Paima Amasifuen, 2 madres sin precedentes.


12 comentarios:

  1. Momentos que marcan de por vida.

    ResponderEliminar
  2. Me cautivaste desde las primeras lineas, fue inevitable no derramar una lágrima. Gracias por contar la historia de tus angeles, una en el cielo y otra aquí en la tierra.

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  4. Hermano mío todo lo vivido resumido en este texto, no fue nada fácil, superar todo lo acontecido. Dios tiene un propósito para todos y cada uno de nosotros a seguir adelante, luchando día a día agradeciendo por cada momento de vida. Excelente !!!! Sigue adelante "pachitoÑs

    ResponderEliminar
  5. Te sale del alma, eso es amor, recuerdo, impotencia, la vida. Muy hermoso refleja todo el sentimiento que sale del corazón. Besos

    ResponderEliminar

TUS LATIDOS/MIS LATIDOS

Jesus. Hace días anduve caminando por el centro de la ciudad y pensaba en cosas muy inverosímiles, sobre mis pendientes y qué otra tonta est...