Aún recuerdo aquella expresión nefasta de quien nos gobernara en 2 períodos
distintos, la primera, una en donde ser joven estaba de moda y se reinventaba
una frase que versaba “juventud, divino tesoro” y del cual se resume una gestión
catastrófica, del segundo rescato primero las elecciones, en donde nos pusimos
los electores en “autojake”, del cual ahora ya estamos acostumbrados, buscando
quien pueda hacernos menos daño y represente hidalgamente el ya famoso “mal
menor”, con una gestión que cumplió con las expectativas deseadas, crecimiento
económico, sin recesión y para variar, y no perder costumbres, negociados bajo
la mesa; sin embargo hasta ahora retumba en mi cabeza aquella frase que de
seguro quedó en el sub consciente de mis paisanos y compatriotas, quienes
representamos una de las regiones geográficas no menos importantes de nuestro
país. Corrían años en que las protestas y grescas se generaban en plena selva
alta en la ciudad de Bagua, ya que los ciudadanos en su mayoría nativos sentían
doblegados sus derechos y burlados por el estado peruano, estado, que evitando
todo tipo de diálogo y comunión, sin asomar siquiera a algunos de los consejos
de Sun Tzu en su obra maestra “El arte de la guerra”, prefirió combatir el
problema con la fuerza, dejando estragos con pérdidas humanas irreparables; al
ser consultado el presidente García sobre el porqué de su accionar respondió lo
siguiente: “ESTAS PERSONAS NO TIENEN CORONA… ESTAS PERSONAS NO SON CIUDADANOS
DE PRIMERA CLASE…”, frase que se presentó casi sin avisar y de manera
involuntaria, natural, sin muestra de un milímetro de titubeo, y desde entonces
me he preguntado qué es lo que piensa el Perú de nosotros, acaso tenemos algo
de responsabilidad en estas afirmaciones, quiénes somos para el país, nos
merecemos algunos de estos comentarios?.
Michel Foucault un filósofo contemporáneo indica que “El pez nunca descubre
que vive en el agua” ya que “como vive inmerso en ella, su vida transcurre sin
advertir su existencia”, y quizá es un poco de lo que nos pasa, no descubrimos
en dónde vivimos y en contraste aspiramos ir a otros lugares anhelando sus
costumbres y su cotidianidad basada en los medios que nos trasmiten su historia
con tanta cercanía, que nos hacen creer que pertenecemos a ella, recuerdo en
tinieblas cómo veíamos emocionados en la infancia la llegada de “Tarzán” a
tierras extranjeras y abolir a todos los nativos que la habitaban, que de
alguna forma se sentían amenazados con su presencia, sus grandes hazañas e innumerables logros eran
los nuestros, al igual que otras películas o series como “Indina Jones”; pero
alguna vez nos hemos puesto en la posición contraria, qué pasa si nosotros no
fuéramos los personajes principales sino más bien los antagonistas de la
historia, en realidad merecían tal adjetivo? “antagonistas”.
Ya hace mucho que conocí a una antropóloga de origen brasilero en una
comunidad de la ciudad de Pucallpa, “Comunidad Nativa Callería” a quien, en un
escueto intercambio de palabras, le consulté por su ciudad de origen, y me
indicó un lugar que muy rápidamente hurgué por el Smartpone y al instante me
dejé seducir por una ciudad globalizada, llena de majestuosos edificios y de prominente,
al parecer, economía, prosiguió el diálogo hasta que osé realizar la siguiente
interrogante: ¿si tuvieras la oportunidad de elegir entre quedarte en tu ciudad
natal o Pucallpa, cuál elegirías?, del cual recibí la respuesta menos esperada
y estadísticamente menos probable, ¡Pues me quedaría aquí, en Pucallpa!, frente
a la mirada atónita que le puse, prosiguió, ¡Aquí puedo caminar con libertad,
sin prisas, puedo respirar aire fresco, disfrutar de la naturaleza, de la
interculturalidad de las personas y su relación con el ecosistema, usan
medicina natural para remediar sus dolencias, no comidas enlatadas, sino frescas,
el afecto entre los cercanos es sincero y se siente, uff es el paraíso!, sentí
quebrar mis sensibilidades y desde entonces comencé a observar con detenimiento
cada paso que daba a mi alrededor, sentí como mis ojos de pez lograban
diferenciar las pequeñas burbujas que se formaban en el agua de mi entorno, e
inicié con los cuestionamientos, cómo no amar todo cuanto tenemos, los paisajes
que otros observan en cuadros, los cielos despejados, la majestuosidad de las
nubes cuando se enfurecen y avecinan una tormenta con estruendos apocalípticos
y nos hacen sentir tan minúsculos e inferiores, cómo no amar el aire fresco que
hay en nuestro alrededor, las historias y leyendas que esconden nuestra selva
inmensa, las alegrías de festejar las costumbres tradicionales, los carnavales y
las fiestas de san juan, su música tropical y pegajosa, cuna de una agrupación musical que
encontró su trágico final a temprana edad pero que fue pionera y dejó arte y cultura en cada
melodía que emitía, aquel lugar en donde el tiempo pareciera que transcurre más lento en donde hay lugar para estar más tiempo con nuestros seres amados y
de llegar a los lugares con mucha mayor eficiencia sin tránsito que nos colme
la paciencia y que intente sacar lo peor de nosotros, cómo no amar aquello que nos
alberga con tanto y a quien quizá concedemos tan poco.
Es acaso todo lo que he indicado, propio de alguien que pertenece a una clase inferior? pienso ahora que el sr. ex presidente, finado* ya, en ese entonces desconocía todas las bondades de la selva y nunca dio tregua a sus prejuicios, creyó en la realidad de su pez interior sin dudar un poco siquiera, ahora ya no guardo rencores ni tampoco tengo ganas de increpar sus desagradables declaraciones, ahora lo comprendo mejor. ¡Viva la selva peruana!
Jhon Gonzales/Artista Plástico.
Me salieron lágrimas porque amo tanto al Perú. Me interné una vez en la selva y allí supe lo que es inocencia y libertad. Me encanta el masato y bailo con Juaneco.
ResponderEliminarY ustedes son dichosos pues si que son de primera clase y aquél de tercera ya se fue. Primera clase es tener tremendo legado histórico!✌
Muchas gracias por leernos Nora Santos.
ResponderEliminarEs increíblemente tu contenido, definitivamente ganaste un nuevo fan
ResponderEliminarMuchas gracias Brandon, espero podamos seguir compartiendo.
EliminarHola,no conozco Peru, pero me ha gustado mucho leerte.
ResponderEliminarHola, muchas gracias, espero podamos seguir compartiendo. Ss.
EliminarMe sorprendió la respuesta del ex presidente,desconocía esa parte de la historia, fue discriminación, que opinas?; Por otro lado, la antropóloga visitaba constantemente la ciudad de Pucallpa?,como sea, la respuesta elme Alegro Día! Viva!
ResponderEliminarHola, gracias por leernos, como trato de explicarlo, estas declaraciones muestran un ensimismamiento del ex presidente, quizá no haya un sentido de discriminación estricto en ellas, sino más bien un desconocimiento del cual se dio riendas a opinar. Respecto de la antropóloga llevó al menos 8 meses conviviendo en la comunidad nativa, nuestra entrevista se dio días antes de su partida, quizá haya sesgado su opinión el sentimentalismo y la partida a la que estaba destinada; recalcar que vino a convivir por el desarrollo de una tesis de un postgrado que seguía, es todo.
EliminarEspero podamos seguir compartiendo. Ss
Ohh, gracias por responder. pues si, que se puede esperar de este Sujeto que agredió con una patada a un indefenso anciano que solo demostraba admiración hacia él.
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