ROMPIENDO PARADIGMAS

Comenzó a incendiarse la pradera en cuanto se generó una publicación de la cuenta oficial del Papa Francisco en twitter, a quien cito textualmente: “He acogido la propuesta del Alto Comité para la #FraternidadHumana, para que el 14 de mayo los creyentes de todas las religiones se unan espiritualmente en una jornada de oración y ayuno, a fin de implorar a Dios que ayude a la humanidad a superar el #coronavirus. #OremosJuntos”.

Unas líneas cortas, pero con un trasfondo tan extraordinario, un acontecimiento nunca antes ocurrido, sin precedentes y que si lo trasladáramos a épocas coloniales hubiera significado la hoguera y descalificación del actual representante de una de las iglesias más grandes del mundo; se imaginarán, que a partir de esto puedan producirse innumerables comentarios y debates.

Lo real de esto son varias cosas, lo primero es que no es nuevo que los diferentes credos hayan ido modificando el concepto de sus ideologías originales a fin de conquistar nuevos terrenos asegurar adeptos y por ende no perder la divisas que se generan a partir de la fe y esperanza de sus seguidores; tampoco es nuevo el fanatismo que genera un discurso religioso ya sea de cualquier manifestación que se dice ser dueña de la verdad y traer a flote las respuestas que han estado siempre entre las grandes incógnitas desde los orígenes de la humanidad, qué hay después de la muerte, cuáles son las leyes o normas que llevados a conductas agradan al ser Supremo o cuáles son los hechos o acciones que nos permitirán gozar de su redención eterna, fanatismo que al final nos ciega frente a otras posturas y terminamos generando una barrera infranqueable frente a cualquier iniciativa de consenso.

Punto aparte y pese a todos los comentarios, esta expresión puede ser la que inicie un quiebre en la historia mundial y derribe paradigmas tan arraigados; fuera de todo contexto lo único que pide es llegar a un solo fin, y es el de aunar esfuerzos espirituales para lograr superar una batalla que al fin de cuentas pareciera interminable, interminable en un país en donde no hay límites de personajes deconstruidos llenas de ansias de poder y que no temen de mostrarse como los salvadores de una sociedad tan sombría y corrompida como ellos mismos, qué tan negativa puede ser esta posición, ya depende de la perspectiva de cada uno, sin embargo no podemos seguir juzgando y señalando con el dedo a los demás tan sólo por haber nacido en un lugar geográfica y socialmente distinto al nuestro.